martes, enero 19, 2010

Jet lag less

El me había advertido que no debía dormirme a la llegada, que tendría que esperar hasta la noche para evitar el jet lag. En Londres eran las diez de la mañana pero en mi cuerpo las seis y me había pasado la noche viendo películas a 30,000 pies de altura. El había salido a tomar cervezas con amigos en uno de los típicos pubs que hay en todas las esquinas de esta ciudad y también se había amanecido así que cambió de parecer. Nos tomamos una siesta de bienvenida. Nos despertamos a las tres horas. No había dormido tan bien en semanas. Cuando regresamos por la noche, sentía que el cuerpo me pesaba más que nunca. No recuerdo qué soñé. A su lado dormí plácida, feliz, plena, como siempre desde que lo conozco. Desperté sin je tlag.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

palabréame