martes, agosto 31, 2010

Artaud en fragmentos de "El claro Abelardo"

¡Qué cosa más dulce, el coito! Incluso humano, incluso aprovechando el cuerpo de la mujer, ¡qué voluptuosidad seráfica y cercana! El cielo al alcance de la tierra, no tan bello como la tierra. Un paraíso encastrado en sus uñas.
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Qué claro es el coito, qué claro el pecado. Tan claro. Qué gérmenes, qué dulces esas flores con el sexo extasiado, qué voraces las cabezas del placer, como el placer derrama sus adormideras de sonidos, sus adormideras de día, y de música, al vuelo, como un arrancamiento magnético de aves. El placer forma una música filosa y mística sobre el filo de un sueño afilado. ¡Oh! ¡Ese sueño donde el amor consciente en abrir sus ojos una vez más! Sí, Eloísa, en ti marcho con toda mi filosofía, en ti abandono los ornamentos, y en su lugar te doy los hombres, cuyo espíritu tiembla y resplandece en ti. Qué el espíritu se admire, puesto que la mujer finalmente admira a Abelardo. Deja surgir esa espuma de radiantes y profundas paredes. Los árboles. La vegetación de Atila.

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Abelardo se cortó las manos. En adelante qué sinfonía iguala ese atroz beso de papel.
porque Mauro/ se iba quedando ciega;/como una uva/entre la niebla/de todos los motivos ornamentales//en la quietud del apagamiento/dos floreros color entero y elemental/Una desolladura/una salamandra que estuvo mirándonos/ gotitas de luz negra/del follaje de una ventana// torcida/ que había recriado una piel de tiempo/ coloquios:/ un diente/ una raedura/ una abeja que entró sin fijarse

Fragmentos sobre Mauro

domingo, agosto 22, 2010

Andén de tren en Chicago




























































Fotagrafié estas libélulas en el Gallup Park, en Ann Arbor, mientras kayakeábamos.

Un día con Leopoldo María Panero

Mientras empaco encuentro joyería rota, música, dibujos. Encontré canciones de Carlos Ann y Bunbury con poemas de Leopoldo María Panero. Creo que Leopoldo se aburrió un poco con los músicos. No lo culpo. Las canciones les quedaron muy bien, pero en la conversación se quedan un poco pasmados, hasta que Leopoldo le dice a Carlos Ann que está pletórico de vida.

mudarme
mudarnos
mudarte
mudarlo
mudarse
mudar ser