miércoles, septiembre 21, 2011



aquí estoy, tijuana es una nube impenetrable desde el avión, un chihuahua miniatura llamado bombón, un volky con siete poetas dos guitarras y cinco maletas dentro, una intervención de víktor ibarra, una caminata interminable bajo el sol del mediodía, la sensación de no poder dar cuenta, un bar con un poco de caribe, detroit, ciudad postindustrial, una calle con mujeres semidesnudas en las puertas de cada botánica, el sueño de visnu de david meza, un burro pintado de cebra en la acera para que los turistas se retraten, cansancio atroz de horas en la vigilia, tacos de pescado y resurección de la brisa, espera de los amigos, maletas desperdigadas, presentar los poemas para fomentar el turismo al borde de la frontera, agradecer el descanso.

jueves, septiembre 15, 2011

Lata de reservas


para perpetuar la clave
de cómo un cuerpo concluye otro,
de cómo el hombre, a fuerza de cicatrices,
se va haciendo bosque perfecto,
ciudad de cáscara,
selva de aire
Vanessa Droz
Hoy mientras hablaba con María
noté que una antigua
cicatriz que tengo desde niña
en mi dedo pulgar izquierdo
se enrojecía nuevamente.

He querido ignorarla
aunque cada vez la herida
retrocede en el tiempo
y parece haber ocurrido hace poco.

Tendría trece, catorce o quince
y me hice una herida con el filo
de una lata de reservas.
Algo tan nimio y mal sanado,
pensé. Hasta ha vuelto el ardor
de la piel regenerada y frágil.

Le dije a María lo que había ocurrido.
Ella abrió los ojos,
se puso la mano en la frente
y buscó en su cuerpo alguna cicatriz
de regreso a su infancia,
o una infancia de regreso en la cicatriz,

por si había sido el momento
de reconocer la herida común
en los caparazones,
por si era que al unísono dijimos
algo que nos regresó en el tiempo

como si la herida hubiera oído
y se hubiera quebrado de callar,
como si las cicatrices hubieran
dado el grito de guerra, despertad,
cicatrices del mundo, doled.

martes, septiembre 13, 2011


caracol

“Contemplaba un caracol—uno solo—pensaba Esteban en la presencia de la Espiral, durante milenios y milenios, ante la cotidiana mirada de pueblos pescadores, aún incapaces de entenderla ni de percibir, siquiera, la realidad de su presencia. Meditaba acerca de la poma del erizo, la hélice del muergo, las estrías de venera jacobita, asombrándose ante aquella Ciencia de la Forma desplegada durante tantísimo tiempo, desplegada frente a una humanidad aún sin ojos para pensarla. ¿Qué habrá entorno mío, que esté ya definido, inscrito, presente, y que aún no pueda entender?”


Carpentier, Alejo. El siglo de las luces. Compañía general de ediciones, S.A. México 1962, 155
Fragmento cortesía de la caracola de María Robles

septiembre/octubre:





proyectos por emerger


  • Comentario al poemario Yoga: Divulgación de Telos/Virga (Primer Volumen), del poeta Manuel Barrios (Uruguay, 1983) para la colección Limón Partido, Editorial Literal, Ciudad de México.

  • “Ya yo fui santo, no necesito volver a serlo”. Entrevista a José Kozer sobre traducción de poesía para la Gaceta Literal, Ciudad de México, Número 41.

  • “Efecto del halo”, editora invitada para Just Magazine: [Justzine: literature under severe constraint]

  • Reseña de Humedales, Limón Partido, 2009, de Javier Norambuena (Chile, 1981) para El roommate.
  • "La cucaracha en el hombro de Pablo", poema para la antología Mi país es un zombi, Ciudad de México.