Dormí todo el camino en tren. Soñé, recostada en su hombro, que aún estaba en el avión y se me cruzó una parada con la sensación de que seguía en el avión y que el detenerse del tren era la turbulencia y la pesadilla de que aún no estaba plácidamente recostada del hombro del hombre, del hermoso hombro.
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