viernes, octubre 07, 2005

María Soledad


Ella camina por las calles de Buenos Aires. El chico de perfil, no sé quién es. Algún porteño. Si alguien la ve andariega, pensará que flota. Si la ven bailar, no podrán quitarle el ojo de encima. Ella medita durante horas con una sábana hasta la cabeza y sin hacer el más mínimo ruido. Una mujer iglú es uno de los seres más importantes de mi vida. La extraño desde hace unos minutos porque se desconectó de Internet, pero la extraño más desde hace un año porque la cibernia no nos deja abrazarnos (lagrimita cursi por la mejilla). Nos conocimos en primer año de universidad. Ella en antropología y yo en letras.

Ella se fue al otro extremo del continente y aun así, es como si la llevara en la mochila, aunque es bastante alta y eso es un imposible. Nos veremos el verano que viene en Brazil, pero nos vemos a menudo gracias a los webcams.

2 comentarios:

  1. Anónimo7:59 a.m.

    Hola Mara, ¡qué hermosa nota sobre mi hija!

    Te felicito por tu original página y tus trabajos en Claridad.

    Besos, ángel

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  2. muchas gracias , angel. un abrazo virtual

    mara

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