Vania Lozano, 1981, y Yuán Valcárcel, 1982, se conocieron una tarde alucinante del 2004, en Trujillo Alto, Puerto Rico. Yuán compartía con amigos en la mítica casa de huéspedes de Villa Capri, misteriosa logia de músicos genios, cuando Vania, acompañada de otros secuaces, cruzó el umbral cargadita con todo su equipaje, incluyendo un misterioso didjeridoo, directamente desde México DF. Omar Silva se fijó rapidito en el instrumento cuando la fuimos a buscar al aeropuerto pero era pintora. El clic fue instantáneo, supo la perra Lola desde que Vania y Yuán se sentaron a acariciarla esa noche de extrañas visiones. "Llegué a la Isla y quedé impresionada por la gente, me rodeé de artistas jóvenes", confiesa, vestida de rojo una mañana de febrero, Vania Lozano.
Vania hace acuarelas llenas de multitides. Vigente en su obra desde hace cuatro años, las multitudes esparcidas son un motivo que ha madurado y, en esta ocasión, en espacios citadinos inspirados en ciudades tales como Brasil, México DF, Puerto San Juan, Puerto Morelos, entre otras, equivalen a “un diario de experiencias”.
Ambas artistas coinciden en que la ciudad caótica está ligada al accidente, el accidente fragmenta el espacio de la ciudad y, paradójicamente, lo ordena. “Juego con el accidente, lo abstracto es la excusa”, se delata Vania con gran vocación lúdica. Consciente del choque cultural que significó mudarse de su idílico pueblo caribeño en Quintana Roo a la caótica capital mexicana para estudiar en la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM, la artista relata, “cuando me mudé del trópico a la ciudad de México, veía demasiada gente en el espacio”.
En conjunto, la vocación mosaiquista de Yuán queda de manifiesto precisamente en sus gustos, que incluyen artistas de disciplinas, épocas y estilos distintos a manera de un gran mosaico intelectual. ¿Sus influencias? Gaudí, la tradición italiana, Miguel Ángel, lo impresionista y expresionista. ¿Su movimiento favorito?: el cubismo de Braque y Picasso. A nivel literario, Julio Cortázar es su modelo, pues Rayuela, describe la novel artista, es “un mural de mosaico”.
Vania Lozano hizo muchos de los dibujos del interior de mi libro Alabalacera, que saldrá algún día venidero con Terranova Editores y, junto a Yuán, hicieron un graffiti inspirado en el poemario. Está localizado en La Perla, San Juan, Puerto Rico.
Ilustración superior: Vania Lozano
Ilustración graffiti: Gufi Silva
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