domingo, marzo 30, 2008
o decir sólo el afuera:
el dónde, el a través, el cuán
abrazadas las economías
me besa lentamente el cuello
y yo me comprometo
a volar ocho veces en avión
en cuatro meses porque
ya no me importan
las millas en tu nombre.
Cuántos aterrizajes nos arropan
si el aeropuerto es la transición
a tu soledad acompañada,
a tu resolución inmediata
de despegue.
Hay algo más
de anécdota que quiero
rescatar, la sorpresa
anidada de tu espalda tiene
un deletreo adolescente
que me amansa (haría
la cama todos los días)
si me entiendes,
y sin embargo siempre
la haces tú cuando me despisto.
el dónde, el a través, el cuán
abrazadas las economías
me besa lentamente el cuello
y yo me comprometo
a volar ocho veces en avión
en cuatro meses porque
ya no me importan
las millas en tu nombre.
Cuántos aterrizajes nos arropan
si el aeropuerto es la transición
a tu soledad acompañada,
a tu resolución inmediata
de despegue.
Hay algo más
de anécdota que quiero
rescatar, la sorpresa
anidada de tu espalda tiene
un deletreo adolescente
que me amansa (haría
la cama todos los días)
si me entiendes,
y sin embargo siempre
la haces tú cuando me despisto.
domingo, marzo 23, 2008
lunes, marzo 17, 2008
Poemas de Rafael Acevedo
en Moneda de Sal
(Fragmento imán Editores 2006)
Industria
Yo no me opongo a ti como el capital
al trabajo. Lo cierto
es que no tengo ningún misterio.
Nada me pertenece.
Perverso quizás, un poco, como el mundo.
Ah, pero todo es un proceso, mira
esa desnudez tuya en el espejo.
La miro como a los panes que en otro momento
hablamos.
Dime esa fórmula de los umbrales
y mira al horizonte. ¡Qué leche tiene el delirio!
Llega así de repente como si fuera la naturaleza
(pero sé que hay una industria escondida
que nos consume).
Fantasma recorriendo
Lo que produce esta mano ahí.
Los engranajes humedecidos por mi deseo
Que quiere hacerse estructura
con tu carne
-por favor, no hablemos de espíritus ahora-.
¿En qué estación ha quedado
el fantasma que recorría
el mundo?
¿Qué debe morir para que reaparezca?
O lo contrario.
El otro, espectral,
se abre paso en su mascara letal.
¿Qué hacer para que desaparezca?
La mano visible
Pon tu mano
Yo no me opongo a ti como el capital
al trabajo. Lo cierto
es que no tengo ningún misterio.
Nada me pertenece.
Perverso quizás, un poco, como el mundo.
Ah, pero todo es un proceso, mira
esa desnudez tuya en el espejo.
La miro como a los panes que en otro momento
hablamos.
Dime esa fórmula de los umbrales
y mira al horizonte. ¡Qué leche tiene el delirio!
Llega así de repente como si fuera la naturaleza
(pero sé que hay una industria escondida
que nos consume).
Fantasma recorriendo
Lo que produce esta mano ahí.
Los engranajes humedecidos por mi deseo
Que quiere hacerse estructura
con tu carne
-por favor, no hablemos de espíritus ahora-.
¿En qué estación ha quedado
el fantasma que recorría
el mundo?
¿Qué debe morir para que reaparezca?
O lo contrario.
El otro, espectral,
se abre paso en su mascara letal.
¿Qué hacer para que desaparezca?
La mano visible
Pon tu mano
sobre las fluctuaciones de la bolsa.
jueves, marzo 06, 2008
artefactos
una vez la mujer de las manos
pegó payasos, bailarinasescenas de bizcocho
eres el que te sientas
al lado de las preguntas
difíciles y les haces bigote
(de repente protagonistas,
a la izquierda de las vitrinas
como colas de gato, incluso,
más valientes que unas tijeras
por ejemplo pero no al revés)
eres el que te sientas
en la silla de al lado
con vocación de orfebre
convencido de que la belleza está
en dejar entre los dedos la pega
que derramamos.
una vez la mujer de las manos
fósiles también
pegó payasos, bailarinas
eres el que te sientas
al lado de las preguntas
difíciles y les haces bigote
(de repente protagonistas,
a la izquierda de las vitrinas
como colas de gato, incluso,
más valientes que unas tijeras
por ejemplo pero no al revés)
eres el que te sientas
en la silla de al lado
con vocación de orfebre
convencido de que la belleza está
en dejar entre los dedos la pega
que derramamos.
María Luisa y yo nos (re)conocimos en México y dimos talleres y recitales en la misma comunidad de Oaxaca. Ahora nos volvimos a ver en su casa en Queens y teníamos el pelo más largo, más capas de ropa que en el árido y hermoso Cosoltepec, aunque su casa era tan cálida como ilustra esta imagen. Recitamos juntas. Nuestros poemas del autobús. A las chicas, que saben quiénes somos.
Abrazo.
Chiste interno
A Amanda no la dejaban ver televisión cuando pequeña, así que nunca vio Party Time, por eso no entendió cuando le conté que me encontré con Alfred D Herger en la cima de la pirámide de Tenotihuacan, ni me creía que estábamos tomando tequila junto a Alec Baldwin. Yo no me recordaba de su nombre pero sabía que era famoso y le pregunté. Algo similar me pasó una vez en una librería. Vi a una señora y me resultó tan familiar que pensé que era la mamá de una amiga que se llama Lauramar. Le pregunté, hola, ¿cómo está y Lauramar? Ella me decía, ¨Ana Laura¨. No , su hija Lauramar, le decía yo, creyéndome saber mejor quién era su hija. En eso la gerente de la librería se me acercó y dijo "Estás hablando con Marilyn Pupo".
martes, marzo 04, 2008
Hoy, encontré un animal viejo
que había olvidado
Yo lo dibujé
hace tiempo
y no lo recordaba
Le pregunté quién
lo había pintado
y fui yo misma
Entonces hice no uno
sino seis animales
Nacieron en sus propias jaulas
Pensé que la cautividad era el estado
natural, algunas veces
Ellos también lo pensaron:
desde que están enmarcados
y colgados en la pared
la cocina es un zoológico.
* Foto Clara 2008
Este poema fue publicado por primera vez
en la revista Letra en ruta, Princeton, n.2 primavera 2007: 8-9
Edición de Federico Martínez Pinzón y Guadalupe Arenillas.
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