miércoles, enero 18, 2006

Un completo desconocido


el traje con el que no sueño
nace

Yara Liceaga


i.
Todo terminó en medio de “Like a Rolling Stone” de Bob Dylan, para ser más exactos, cuando empieza a escucharse la armónica por segunda vez. Durante el resto de la canción, ya no estaban ahí. Desde el pasillo se podían divisar varios objetos que nadie miraba, porque ya todo había terminado. Estos objetos eran un teléfono inalámbrico descolgado, un “Eye and Face Stress Gel”, el “Human Sex Issue” de la revista catalana “Belio:014”, marcado en la página 094, unas llaves y, por último, tres pares de zapatos con plataforma. Nada más.

Ella había bajado las escaleras desde el cuarto piso. Dejaba los zapatos atrás con el aval de sus rodillas, quienes si hubieran podido aplaudir una contra la otra lo hubiesen hecho. Por nada hubiera entrado en el segundo piso de no ser porque se le habían quedado las llaves del portón que daba a la calle. Estaba atrapada en las escaleras del edificio. Además, le dolían las piernas.

La puerta del apartamento 201, en cambio, estaba abierta. Se asomó a la cocina y vio la imagen de Sandy Skoglund, “Radiocative Cats”. Sí. Eso fue lo que vio. Se los digo. Ella no era la misma desde que se fue. Dejó atrás los tres pares de zapatos, las llaves, la revista, el relajante, las azucenas, que es como decir el teléfono inalámbrico, y el resto de la canción. Supo, no como una mujer vestida de verde sino como lo contrario, que eso era lo que hubiera sucedido entre ellos, si ella no lo hubiera zampado todo escaleras abajo, excepto los objetos ya mencionados, que se quedaron a media canción. Así terminaban varias oraciones en su mente, en medio de aquella canción.

Ella pensó en él como en un tronco cayéndose en un bosque sin gente. Se lo imaginó viajando en el vagón de un tren, dormido sobre una montaña de arroz. También creyó verlo caligrafiando los símbolos de ‘boca’ y ‘gente’ y explicando cómo al introducir el símbolo de ‘gente’ dentro del de ‘boca’ se forma el símbolo para ‘prisionero’. “Estoy pensando en chino”. Se los digo, ella ya no era la misma.

La imagen de Skoglund seguía en la cocina del apartamento 201. Ella, en un intento minúsculo de volver a ser aquella que no había bajado las escaleras, se dijo “pero éstos no son los viejitos que viven en este apartamento. Ellos ni siquiera tienen gatos verdes”. Entonces, ya era muy tarde. El viejito estaba a punto de voltear la mirada y los gatos se movían verdes, como si los colores efectivamente fueran circunstanciales de modo. Así fue que comprendió que radioactivo era un color, lo que le hubiera encantado a Wittgenstein, pero ella sabía que era imposible hacérselo saber.

ii.
"Una vez, hacía varios meses, cuando aún usaba zapatos de plataforma a diario, antes de que hubiera distancias aéreas entre mis rodillas y la escalera, me percaté de que algo extraño ocurría detrás de la puerta del apartamento 201. Sin embargo, en aquel entonces, el gel lo aplacaba todo. Siempre que tenía el pequeño temblor detrás del lóbulo de la oreja derecha, sacaba de mi bolso la pomada celestial y me la untaba en los ojos y la cara. Todos mis estreses dejaban de jadear como gato en medio del desierto. Todo se solucionaba milagrosamente y, tal como en la ley de los conjuntos de Russell, todo incluye la preocupación de que algo extraño estuviese pasando en el apartamento 201".


iii.
Él le dijo que ella era como una piedra rodante, una completa desconocida. Todo en medio de aquella canción. Entonces, ella decidió ser así: como la canción completa. Se zampó una piedra rodante por las escaleras, pero sólo llegó hasta el segundo piso, porque dejó las llaves. Hubiera sido la mejor escena escapista de los últimos tiempos, pero se le quedaron las llaves y se abrió la brecha, es decir, la puerta a la dimensión de Skoglund, como un espejo.

Todo comenzó.
Imagen: Radioactive Cats, de Sandy Skoglund
En De Trasmano, semana del 18 al 24 de enero

3 comentarios:

  1. Anónimo2:22 p.m.

    esto es de yara o de mara?

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  2. Anónimo5:56 a.m.

    Fino. La anécdota anodina se transforma con una visión singular. El cuadro transforma todo en una revelación misteriosa. Creo que usted es una escritora con un potencial ilimitado. Eso si logra sobrevivir el Cold Teaching Machine en el que se encuentra.

    Dr. Tiberius Kynikos
    Universidad de Atenas

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  3. Texto de alta costura, Mara / La imagen de Skoglund, pa colmo, no deja de estremecer mi alma campesina. Muerde.

    Habría querido estar en la presentación del libro, el tuyo. Pero para entonces no era más que fantasma, viruta de material cadavérico / Ya me repondré con la lectura.

    Salú.

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