A fuerza de nombrE, editorial
Los buenos poemas se merecen no uno sino muchos traductores. La pregunta es entonces qué salvar, por qué los acentos, por qué no la musicalidad, por qué no en unas traducciones el contenido, en otras la musicalidad, en otras la forma. A veces sólo nos queda negar lo absoluto. Qué se pierde en la traducción como en la memoria como en la pizarra mágica como en el nombrE. Traducir “¿Qué se llama cuanto heriza nos?” dice Vallejo en Trilce. Lo intraducible por qué o para qué. Adónde vamos cuando pensamos más allá del lenguaje que nombra. Cuantos años pasarán para que alguien traslade La casa de la forma de José Ché Meléndez, sus “no ai qés”. El nombrE que no comienza con mayúscula que termina con mayúscula: ¿tranversacción del lenguaje? Necesitamos otro que redima, otro que llene las palabras que de tanto nombrarlas han desaparecido: lo intraducible de un nombre propio que significa. Nada nada no es nothing swims. “¿qué se llama cuanto heriza nos?”
Así pues esta edición de Transversa se escucha como un coro, quizás de nombres propios que enuncian para significar. En el cuento de Borges, “Funes el memorioso,” el personaje principal no entiende por qué un perro se sigue llamando perro cuando está de lado, cuando lo miras desde la diagonal, cuando ladra. En la novela “A long way down”, de Nick Hornby, un hombre decide no decirle su nombre a una chica, porque el nombre no atrapa su multiplicidad. Ella decide llamarle “dog” porque él tiene un perro. Cuando él deja al perro en la casa, ella le llama “no dog”, y así sucesivamente. ¿Quién diagonal? ¿Cómo llama nos?
Ranciere afirma que “la ética hoy en día se invoca un poco para todo”. “Se piensa en la ética como una instancia general de normatividad, a la luz de la cual se juzgaría la validez de prácticas y de discursos de diferentes esferas de acción”. Por esto el viraje ético de la estética y la política nos habla de prácticas de lenguaje sacrificadas por las “éticas de traducción”, que no son más que las mismas que las de la individualidad consensuada. Si la política es el encuentro con el otro, y el amor así una forma de política, la traducción es un modo de amor y de política, no de ética. Levinas dice que quizás los nombres de personas cuyos discursos significan un rostro -un nombre propio- pueden resistir en el medio de todos estos nombres comunes, de lugares comunes la disolución de los significados y ayudarnos a enunciar, como atravesamos ciertas puertas.
¿Qué nos dicen los traductores? Cuando Adriana Santiago tradujo a Caio Fernando, lloró; “La ternura de un texto escrito y puntuado con los pies es conmovedora. Para traducirlo, es necesario también hacerlo con los pies, aunque te tienten las manos”. Néstor Barreto denominó el proceso de traducción de los poemas de Wallace Stevens como “trance-elación”. Sirama Bajo dijo que “el proceso de traducir el trabajo [de Michelle Naka Pierce] fue fabuloso. Como siempre, tuve que valerme de todos los recursos disponibles. Varios diccionarios: Webster, RAE, University of Chicago, Vox. Sitios de discusiones sobre el lenguaje en Internet y hasta profesores de francés, sin mencionar mi propio bilingüismo y mi imaginación poética. Al fin de las piezas que escogí para traducir, me bastaron tres. Estas tomaron otro recorte y aquí está la ultima: mí bebé, la pagina 48. Pierce es una poeta contemporánea nacida en el Japón, quien escribe en inglés y cuya influencia se sitúa en un terreno arado por la critica literaria y el trabajo experimental. La traducción es un intento en demostrar lo abrupto de un idioma que veo como pragmático y académico, y también las relaciones entre palabras, la alteración de la gramática y sintaxis para dar a luz al significado, al juego del lenguaje”. Para Sirama, “la traducción, como el original, es experimental y no pretende ser rama de lo que escribió Michelle Naka Pierce, si no que rizoma”. Margarita Pintado se vuelve libertina como Kerouac y Bob Dylan.
El poeta polaco Zbigniew Herbert dijo en una entrevista, “Creo que los grandes poetas tienen una enorme necesidad de hablar, pero no necesariamente de que se les dé crédito. Ellos se acercan a la objetividad con el anonimato”. Enséñanos tu nombre sólo un poquito, enséñanos el nombrE.
Se dice que Milan Kundera anda muy estresado el pobre con lo de los traductores. No te preocupes Kundera, que ningún mal traductor te tragará, que no dejarás de ser en la lengua de nadie. Tus mejores traducciones son las que no se parecen a ti.
Las editoras de esta edición Transversa agradecen a los traductores que colaboraron y felicitan a aquellos cuyos poemas incluimos en la edición. Los registros y las voces de estas traducciones esperan aunarse en otras, ser aldaba, bisagra, dintel, mirilla, picaporte, quicio, tuerca, umbral. Esperamos también que la traducción continúe y así los espacios para discutir el arte y para disfrutarlo.
Editoras Transversas
blanco
ResponderBorrarlinda bella y preciosa, se llama caio fernando, no caio fernández
ResponderBorrar¡Guau, que honor! Gracias, y esta entrada esta nitida.
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