jueves, marzo 22, 2012

"Campanitas de cristal" de Olga Nolla en  
El ojo de la tormenta, 1976




 Campanitas de cristal

María asiste al coctel
que celebran sus padres
en un lujoso hotel de Puerto Rico
Toma un wiski del bar,
saluda a amigos y parientes, ríe,
bromea, bebe su wiski, ríe
Anuncia que ahora vive en Nueva York
porque le sale del estómago
Orgullosa se jacta
de que ha adquirido un negocio en Brooklyn
donde vende al por mayor
latas de cerveza y refrescos de soda
Declara que su clientela es judía
Declara que a menudo
se ve obligada a conducir los transportes
y hacer entrega de la mercancía,
personalmente
Declara que trabaja veinte horas al día
Confiesa que ha engordado
cuarenta libras en los últimos meses
Confiesa que no puede dormir
Confiesa comprender
por qué su padre pasaba semanas sin dormir
Mira a su padre, corpulento, calvo, con un vaso de wiski
cascabeleándole en la mano
Dos llamitas gemelas ondulan, verticales,
en el carbón de las pupilas del padre;
chisporrotean, vacilantes,
como si temieran las ráfagas de palabras,
saludos, risas, bromas,
que aíslan la mirada
María observa a su madre;
rubia platino, esbelta,
cascadas de chifón verde
desbordando el trono suntuoso de su cuerpo
Mira su propio cuerpo,
deforme, corpulento
Una llamita tímida
le sube del corazón al rostro
y alumbra el cascabel del hielo
en el vaso de wiski
Intenta sofocarla y declara de nuevo
que vive en Nueva York
porque le sale del estómago
Insiste no le importa
trabajar veinte horas al día
porque ahora ella es dueña
de su propio negocio
Declara,
admite,
grita
¡qué le gusta gastar dinero!
¡qué le gusta tener su propio negocio!
Duda un instante
Admite que el insomnio la agota
y le marchita el cutis
Declara que su madre nunca ha ganado
un céntimo
Levanta la cabeza
Duda de nuevo, ríe
Vuelve a llenar el vaso con wiski de primera
Cuatro trozos de hielo recién cuajados,
cual nítidos jardines de agujas invertidas
caen al vaso,
suben a flote en el líquido oro quemado,
cuadrados, duros, fríos,
chocan unos con otros,
chocan contra las paredes de cristal
En medio del salón
los trocitos de hielo cascabelean sin tregua
Las palabras danzantes entre el humo
y la noche fugitiva
se cubren de repiques
Repiques superpuestos que van
agujereando el aire,
huérfanos de un campanario. 

Olga Nolla (Río Piedras, 1938- Nueva York, 2001)
Poeta, profesora y periodista. Proveniente de una familia acomodada, fundó junto a su prima Rosario Ferré la revista Zona de carga y descarga en la década del 70. Publicó cinco libros de narrativa y los poemarios De lo familiar (1973), El ojo de la tormenta (1976), El sombrero de plata (1976), Clave de sol (1977), Dafne en el mes de marzo (1989), Dulce hombre prohibido (1994) y El caballero del yip colorado (2000). 

* La canción "Campanitas de cristal" de Rafael Hernández, en el vídeo de youtube, es de 1926.

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