lunes, mayo 25, 2009

El Gran Cocoroco dice: "mierda, mierda, mierda"

Francisco Ayala, intelectual español que llegó a Puerto Rico después de haber estado en Buenos Aires, donde compartió con la generación de Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo, entre otros, fue quien en los 50’ fundó junto con Jaime Benítez la revista La Torre, de la Universidad de Puerto Rico. Poco sabía de él hasta este momento en que leo la edición homenaje que le dedicó La Torre en el 2008, al cuidado de Iris M. Zavala y Jan Martínez. Han sido muchos los datos que me han sorprendido sobre este profesor que se menciona tan escasamente en los círculos contemporáneos. Uno de los que más me llamó la atención es que fue Ayala quien llevó los primeros textos de Cortázar a la revista Realidad, fue también quien le encargó la traducción de los cuentos de Edgar Allan Poe que publicó la Editorial de la Universidad de Puerto Rico en el 1956. Aquí, un fragmento de la entrevista con Armando Núñez Miranda que aparece al principio de la edición y que ofrece valiosa información sobre los recitales del autor del Tuntún:

 Evidentemente usted conoció a Luis Palés Matos.

 -Sí. ¡Qué personalidad! Interesantísimo. Cuando empezaba a recitar uno de sus poemas, rellenaba las partes que no recordaba con las palabras “mierda, mierda, mierda”. 

martes, mayo 19, 2009





Películas al aire libre en el patio de mi casa que no es particular, cuando llueve se moja, como los demás*. La última fue Knife in the Water, de Polanski (1962, 16mm). La próxima será de Maya Deren (Meshes of the afternoon, 1943, y Ritual in transfigured time, 1946). Me gusta tirarme en el césped a ver películas que llegan a mi casa con el aura de los rieles. La noche estuvo fría pero nos cobijamos e hicimos un nido de calor humano y altos niveles de alcohol. Nunca fui girl scout**, aunque conozco ese sabor a marshmallow en las ganas, sabor a sínger que cose imágenes*** en vez de vestidos. 

*Make Cats Not War
** Ver el poemario Girl Scout Nation, de Yedda Morrison. Edición del "Donezo" Whitener, alías el roomie. 

***Imágenes de Joshua Yumibe

lunes, mayo 18, 2009

El niño que yo era
se extravió en el bosque
y ahora el bosque tiene mi edad.


En La nueva novela
Juan Luis Martínez
Chile: 1977, 1985

miércoles, mayo 06, 2009

La luna sumergida: recuento crítico sobre la poesía de José María Lima

Portada
Especial par En Rojo

Escritores tales como José Emilio González, Lilliana Ramos Collado, Áurea María Sotomayor, Vanesa Droz, Rafael Acevedo y Joserramón Melendes, entre otros, incluyendo al premio Nóbel, Juan Ramón Jiménez, han reconocido y, en el mejor de los casos, han valorado críticamente la obra de Lima.

La importancia de la obra de Lima en el catálogo de la literatura puertorriqueña es irrefutable. Sin embargo, a más de 25 años de la publicación de La sílaba en la piel, no existe un corpus cuantioso de crítica ni de estudios sobre el escritor.

Aun así, es preciso mencionar que las reseñas y artículos en relación con la obra del autor, a manos del puñado de personalidades citadas, contienen material valioso y acercamientos profundos de relevancia para la valoración de la obra de Lima. La mayoría de estos artículos y ensayos fueron escritos en el año de la publicación del texto, o al siguiente.

Parece ser que Vanesa Droz fue quien escribió para El Mundo la primera nota sobre el libro en noviembre de 1982. [i] En la misma, la escritora afirma que la pieza de Lima es “su presentación frontal y coherente” en las letras puertorriqueñas. Como característica del texto, la autora de La cicatriz a medias (Editorial Cultural, 1982) señala que el poemario trasluce una “fecunda relación entre autor y editor”.

En diciembre del mismo año, dos breves estudios selectos se publican en la Isla. “Apuntes sin t(j)erminar” , de Joserramón Melendes, editor del texto, se publica en la revista Reintegro, mientras “Sobre La sílaba en la piel”, de José Emilio González, se divulga en el periódico Claridad. [ii]

El escrito de González es el primero, sin contar los de Melendes, que se detiene a analizar con más profundidad el texto. En éste, González, quien se doctoró en la Universidad de Sorbona, en París, con una tesis sobre la poesía puertorriqueña de 1930 a 1960, escrita originalmente en francés, y que ha sido publicada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, hace ocho señalamientos críticos de la obra de Lima. Algunos de éstos son: la imagen como componente esencial en la construcción del poema y como microcosmos poético; primacía del recurso poético de la sinécdoque; lo plástico y lo sensorial como atributos del texto; la seriación de imágenes (asimetrismo y desbalance); imágenes como poemas diminutos, y riqueza lingüística. También, el fenecido catedrático subraya las influencias del poeta, mencionando a Vallejo, Neruda, André Bretón, Borges, T. S. Elliot, Julia de Burgos y Roque Dalton, situándolo como escritor influido por la corriente existencialista de Sastre y Camus. Otra anotación relevante en torno al escrito es que su autor supo percibir el motivo del disfraz del mundo esencialmente dramático de Lima.

En el 1983, dos importantes estudios se publican sobre el particular. Las poetas y académicas, Lilliana Ramos Collado y Áurea María Sotomayor, publican sus valoraciones literarias del texto de Lima en revistas de la época.[iii]

Ramos Collado destaca el carácter plástico del texto, comparando su publicación al acto de develar una hermosa estatua. Sumado a esto, concibe la pieza como seis poemarios en uno.

Por otra parte, Sotomayor, quien escribe el texto crítico, Las tácticas de la sorpresa, para su libro de literatura puertorriqueña Hilo de Aracne, redacta un estudio minucioso sobresaliente con relación al poeta y su obra. En el mismo, la autora de La gula de la tinta (Postdata, 1993), señala que La sílaba en la piel es una obra que “vence la epidemia de la desmemoria” y lo describe como el “testimonio poético lúcido” de un vidente, ajedrecista y dibujante.

Además, otra gran aportación de Sotomayor es afirmar que Lima es “el primer poeta puertorriqueño que internaliza la lección vallejiana a nivel estilístico”. La enumeración de los deícticos, las personificaciones, la nominalización de adverbios y adjetivos, los diminutivos de valor afectivo, el uso del apóstrofe, y el estilo diagonal son algunos de los atributos gramático-estilísticos que advierte Sotomayor en la poesía de Lima como consecuencia de la influencia del autor de Trilce (1922).

Desde entonces, han sido pocos los acercamientos a La sílaba en la piel. Durante la década del 90, cabe mencionar la entrevista que le hiciera Rafael Acevedo para este suplemento cultural (Claridad, 1996), en la cual Lima comenta acerca de su estilo: “Entre el significado y el ritmo, cuando hay que sacrificar algo, siempre, casi siempre, sacrifico el significado. Yo sé que queda por ahí y vuelve a aflorar en algún momento, en otro poema”.

Tras la publicación de Rendijas, en el 2001, Jan Martínez, quien fungió como editor de la edición antes mencionada, ha publicado dos escritos: “José María Lima, poeta surrealista” y “Mito, conflicto y utopía en la obra poética de José María Lima”[iv]. También, se ha anunciado la publicación del libro Lógicas del extravío: Anatomía existencial en la obra poética de José María Lima (Ediciones Puerto) de Zoé Jiménez Corretjer, también profesora de la Universidad de Puerto Rico.

Uno de los asuntos más relevantes del quehacer crítico es vincular al poeta con un estilo generacional y/o movimiento literario. Para Melendes, editor del texto de 1982 y, quizás, el estudioso que más conoce sobre Lima, el poeta es:

(…) el mejor dotado para la banguardia entre los nombres polares de Hugo Margenat, Jaime Vélez i Luis Antonio Rosario; con quienes teje ese ilo de Ariadna entre la alta Jenerasión del 30’ licuada su secuela por 20 años de muñosimo, i la dura expresión sesentista que cunde asta nosotros.[v]

Sin embargo, Lima comenta en entrevista con Acevedo: “Yo les daba los poemas a los amigos, pero nunca coincidí con la gente de mi generación, digamos. No conocí a Hugo Margenat, aunque él me llevaba sólo un año. Ni a Jaime Carrero”. Lima se percibe a sí mismo distante de la escena generacional que lo vincula a estos poetas. Por otro lado, para Martínez, Lima es un “gran continuador de la tradición vanguardista, en particular de su modalidad surrealista”, definición que coloca al matemático en una especie de transición literaria, o neo-vanguardia. Sumado a estos criterios, según Sotomayor, fue en la década del 60 que la poesía lírico-social de Lima pudo haber tenido resonancia. Era la época de la revista Guajana (1962), pero esta posibilidad quedó opacada, según la también poeta, por los problemas políticos que, en aquel entonces, tenía el escritor.

Con Lima, se da el interesante fenómeno de una obra poética fragmentada no sólo en contenido sino en vínculos con las tradiciones literarias, lo cual para mí es una cualidad saludable, pues el afán archivista se reduce, en muchos casos, a una práctica de mercado. Sin embargo, en el panorama de la literatura puertorriqueña, me parece que no existe un escritor más afín ideológicamente a los intelectuales caribeños tales como Derek Walcott (1930, Santa Lucía), Aimé Césaire (1913-2008, Martinica) y Frantz Fanon (1925-1961, Martinica) que el poeta José María Lima, como supo atisbar José Emilio González, cuando vinculó a Lima con Sartre y Camus. En conjunto con Césaire, José María Lima crea un discurso que genera un concepto del “ser”, del sujeto anticolonial y un pensamiento crítico sobre la cosificación de las relaciones humanas.

En su ensayo Camus and the French Imperial Resistance[vi], el escritor Edward Said habla de la importancia de la literatura de Camus en relación con la experiencia colonial. Para Said, “Camus is particularly important in the ugly colonial turbulance of France’s twentieth-century decolonizing travail” (172). La obra de Camus, caracterizada por la confrontación existencial, se presta para debates acerca de la cultura y el imperialismo.

En medio de las luchas por decolonizar el fragmentado archipiélago caribeño, el existencialismo fungió como uno de los modelos filosóficos mediante los cuales los intelectuales caribeños se cuestionaron la colonización, así como la expansión imperealista. Como Césaire, Frantz Fanon reflexionó sobre la fragmentación en los procesos poscoloniales de los países caribeños. En su ensayo The Pitfalls of National Consciousness[vii], Fanon también utiliza el concepto de la fragmetación para explicar que, tras el proceso de decolonización, el concepto de nación está lleno de grietas, pues se construye a base de fragmentos.

Otra conexión interesante que se puede trazar entre la obra de José María Lima y la literatura latinoamericana tiene que ver con el perfil del artista interdisciplinario, marxista, escribiendo desde las democracias tempranas en Latinoamérica que van de la mano del neoliberalismo. En el mercado literario de las décadas del 60 y 70 las motivaciones para traducir en los Estados Unidos a los poetas de Europa del Este (Broadsky, Herbert) estaban directamente vinculadas a la ideología occidental predominante (como por ejemplo, la premisa ideologizada de que había que darles voz a los poetas en la Unión Soviética que sufrían “los estragos del socialismo”). En Latinoamérica, puede examinarse un fenómeno opuesto cuando el poder hegemónico promovía diversas campañas anti-socialistas. Pienso en José María Lima, en Puerto Rico, y en Juan Luis Martínez, en Chile (Ver La nueva novela). Desde una perspectiva trasatlántica, Lima puede ser leído también como un intelectual que, como el poeta español Leopoldo María Panero, nos ayuda a pensar la relación entre institución y locura, entre estética y política.


Quiero cerrar este breve recuento crítico con las palabras de Lima, compartidas durante una conversación que tuvimos en el 2005, en relación con el poemario La sílaba en la piel: La casa es la frontera, depositaria de cicatrices, éste es un libro de cosas que le han pasado a uno…es una pared…es una esquela…hay otro que se parece a ese poema (Dispuse las distancias a tiro) …es sobre el laberinto…a ver si lo encuentro…es sobre el laberinto…laberinto asesinado que le tapan todos sus recovecos… porque el poeta quiere vivir el laberinto, pero cuando le matan a uno un laberinto…pues”.

A la memoria del poeta, y su laberinto.



[i] Vanesa Droz, “Ahora: José María Lima”. MPR 14 Nov 1982: 6-B.

[ii] José Emilio González. “Sobre ‘La sílaba en la piel’ de José María Lima”. Claridad. [San Juan, PR] 25-1 Dic 1982: En Rojo 16-17.

[iii] Lilliana Ramos, “Sobre José María Lima, ‘La sílaba en la piel’”. Sin nombre. [San Juan, PR] Julio-sept 1983: 88-91.; Áurea María Sotomayor, “Las tácticas de la sorpresa”, Plural, Revista de Colegios Reginales de la Universidad de Puerto Rico. Enero-Jun. 1983: 217-225

[iv] Jan Martínez, “José María Lima, poeta surrealista”. Revista del Instituto de Cultura. [San Juan, PR] Enero-Jun 2002: 18-25.

--“Mito, conflicto y utopía en la obra poética de José María Lima”. Torre:Revista de la UPR. Abril-Jun. 2002: 167-208.

[v] Lima, Qease, contraportada.

[vi] Edward Said. Culture and Imperialism. Vintage Books. New York, 1994.

[vii] Frantz Fanon. The Wretched of the Earth. Grove Press, NY, 1963.

Nota: El verso ‘La luna sumergida’, en el título, pertenece al poema “Hay un río de claridades acentuadas”.

En: http://claridadpuertorico.com/content/view/403924/32/

viernes, mayo 01, 2009

Extra. Extra. A pig is playing the archangel' trump

no other end of the world there will be
Czeslaw Milosz

y es entonces cuando se les descubre
el trasero a los médicos que sólo estudian
medicina por la corbata y las vacaciones en Cancún

las fronteras se llenan de emergencias sin vocación
los sinónimos para egoísmo se reproducen
y los mosquitos reclaman haber ocasionado otras pandemias
hoy olvidadas en llantas sin vacunar

volar es un acto heroico:
besar a la madre antes de la alerta seis
y regresar al camino angosto que da al estacionamiento
que da al trabajo

y como los microscopios se quedaron mudos
los epidemiólogos han comenzado a buscar pócimas
en los versos y se interesan por las retóricas eslavas

se vuela a[…]sobre la[…]entre la pandemia
un cerdo es un chancho es un lechón un puerco
que salta la verja
y entonces
los mercaderes pueden
bostezar sin taparse el sueño

(extraditar es el purgatorio de los vivos)

yo he aterrizado tantas veces
y nunca pensé en traficar conmigo
en mis pulmones en las células muertas de mis manos
una crisis mundial

un catarro –flash!—
una colmena deshecha –flash!—
un aguacero de lluvia ácida –flash!—

y en portada de espectáculos,
un marranito tocando una trompeta


En: poesía sin tapabocas