miércoles, noviembre 21, 2007
Estoy tan llena de México que me da miedo andar perdida en la tierra de Ann parecerme a Irizelma y escribir sobre pirámides, zapotecas, mixtecos, mayas, me da miedo que México se me vaya por algún recoveco, que se disipen las fiebres que me arropan, quisiera México, Cosoltepec, Oaxaca, la playa caribeña de Vania, los poemas canadienses de Oana, los rumanos de Anto, los versos seseados de Lauri, los garbancitos de Eva, las rubias injustas que no bailan tango de Pat, la frescura tierna de Brenda que no puede mezclar mezcal y tequila o se convierte en una amenaza trasnochada, las traducciones y los raps con María Luisa, las canciones con cora de la Sarah, las nubes de Rebeca y las gomas del carro que se explotan en el medio de la nada y potencian para mejor. Quiero vivir en la amenaza de la música, de las calles como hormigueros, de los espantos, la amenaza de comerme una tostadita de pulpo en la plaza de Coyoacán, de no encontrar las llaves de Nicole debajo del tiesto, la amenaza de los besos que el tren solo devuelve como un oráculo.
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las llaves aves están en el tiesto, esto para las visitas, pero cuando regreses tendrás tu propia copia, no te preocupes ;)
ResponderBorrarhaces falta alta. hoy deben haberte pitado --chiflado, dirían acá-- los oídos idos, porque con anaïs hablamos mucho de ti!
jajajaj eco con-sentido!
Pasa lo mismo en mi rincón y lo que vengo cargando más que peso es abrigo y emociones.
ResponderBorrarHermosas fotos, mejores recuerdos,
Cariños,
OA
toc toc, llego a tu blog Mara; no se me olvida aquel poema inspirado en el Nocturno en que nada se oye.
ResponderBorrarDesde hoy quedas con un lazo, pequeño pero fuerte, atada a mi blog (que a mi recuerdo ya quedaste desde los días en País de las Nubes)
saludos desde Torreón, México