La primera semana me caí de un caballo, quiero decir de una yegua, o en última instancia una poni, una cuadrúpedo llamada Angel (léase en inglés). No hubo daños mayores.
La segunda semana me robaron la bicicleta amarrada con cadena frente a la biblioteca.
La tercera semana mi amiga me prestó su bicicleta y me la robaron del edificio principal, de día, sin cadena, tengo que admitir.
La cuarta semana me compré una bicicleta, una cadena y una cestita de metal para llevar libros.
La quinta semana me caí de la bicicleta y terminé en el hospital. Me fueron a rescatar los bomberos. Además de un hombro muy adolorido, no me pasó nada.
La segunda semana me robaron la bicicleta amarrada con cadena frente a la biblioteca.
La tercera semana mi amiga me prestó su bicicleta y me la robaron del edificio principal, de día, sin cadena, tengo que admitir.
La cuarta semana me compré una bicicleta, una cadena y una cestita de metal para llevar libros.
La quinta semana me caí de la bicicleta y terminé en el hospital. Me fueron a rescatar los bomberos. Además de un hombro muy adolorido, no me pasó nada.
Aunque parezca insólito, esta semana me robaron la bicicleta de nuevo, encadenada, al medio día con cesta y todo.