Ningún verdadero artista es reducible a los callejones sin salida colectivos, aún cuando comparta públicamente sus enunciados. Su obra traza un camino medio entre romanticismo y nihilismo, y reinventa en cada oportunidad una idea original de lo infinito real, aunque pocas veces sea explícita. Esa idea equivale a tomar lo infinito como si no fuera otra cosa que lo finito mismo, dado que se lo piensa, no en su finitud objetiva, sino en el acto del cual resulta. No hay infinito separado o ideal. Hay una forma finita que, tomada en la animación de su acto, es lo infinito del que el arte es capaz. Lo infinito no se captura en la forma, transita por ella. La forma finita puede equivaler a una apertura infinita si es un acontecimiento, si es lo que adviene.
Alain Badiou en El siglo
martes, junio 14, 2011
Lo infinito, el artista y lo finito mismo
domingo, junio 12, 2011
Madres e ideas dice Patricio Marchant
Madre es todo aquello a lo que el hombre se agarra. La llamada madre real es sólo el primer y más constante agarre del hombre, pero madres son: senos, cuerpos, alimentos, manos, sexos, cosas, ideas –especialmente éstas, las ideas.
Patricio Marchant en Escritura y Temblor
sábado, junio 11, 2011
Aquí estaré leyendo el viernes en la Explanada del Zoológico Miguel Álvarez del Toro, a las 11:30 am, en Tuxtla, Chiapas.
Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes de México
“Carruaje De Pájaros” 2011
•El evento será en homenaje a la poeta Dolores Castro Varela.
•42 poetas de México, El Salvador, Chile, Puerto Rico y Guatemala se reúnen para celebrar a la poesía.
•El Encuentro tendrá lugar en las ciudades de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, los días 17 y 18 de junio.
Sobre un árbol y un ángel que no aparece
me soltó madre entre fragmentos de oraciones a la virgen,
escapulario roto, almuerzo quemado en la estufa,
me soltó madre
y le vi una pequeña herida que poco a poco fue desapareciendo
madre hablaba rumores sobre el árbol que yo no entendía,
quise oír pero el árbol me abrazó con letras como semillas dulces,
tronco calcinado de amor que en átomos escapa,
me besaba y cada beso suyo enmudecía
y huían lenguas como flores del árbol que yo amaba,
madre le rezaba a la virgen para que mandase a un ángel por mí,
foresta monstruosa y ahuecada como una casa de muñecas que a la vez era telescopio,
madre mandó a las bailarinas de cerámica por mí
pero yo las secuestré
y las bailarinas rotas se quedaron para siempre en mi vientre de leña,
y desde entonces se evitó el tema
hasta que comencé a caer del árbol
y fuimos hija sin madre,
madre sin estufa
fragmento de El libro de Legna
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