En estos días escribí un texto para un querido amigo músico, el baterista Henry Cole. Esto me alegra bastante porque Henry es un virtuoso que parece haber llegado de Saturno, como sugiere un artículo recientemente publicado en El Nuevo Día sobre su trayectoria musical. Para describir su personalidad les diría que Henry es perspicaz como el duende de Oberón de Sueño de una noche de verano y sabio como el mejor aprendiz de Yoda el de Star Wars. Quizás por eso el texto es algo así como el sueño de un astronauta que duerme en el alma de una poeta. Comparto acá un fragmento del texto: "Qué el astronauta/ de mi alma/ regrese a cantarte/ como olas eléctricas/ como cigarras solas/ como mameyes fríos/ como muela renaciente". Ahora imaginen un fondo de violines seguido de un masacote épico tropical galáctico. Tengo muchas ganas de escuchar la versión final. Para saber más sobre el trabajo de este músico puertorriqueño del área oeste radicado en el tránsito continuo entre Nueva York y el mundo, los invito a que naveguen estos enlaces:
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Un artículo reciente en El Nuevo día, "El baterista que llegó de Saturno"