esta historia comienza destruida,
empieza luciendo el polvo
como una capa fabulosa de vaticinador televisado.
se abrocha los pantalones mientras le miro
en mi absurda pose de: ajá, sí, cuéntame.
el texto
como dice que mi maquillaje le destroza su capacidad
de rendirse ante el panorama aguacerado
en que se sumió el día,
me lee un poema de leopoldo panero.
lloro profusamente.
cuento las gotas que caen al balcón.
el gato sonríe. yo pienso que lo hace.
nos miramos con tono decaído.
el gato sonríe una vez más.
Yara Liceaga, "El trébol que no sabía que tenía la cuarta hoja llena de hormigas bravas".
Polvo, alimento de hormigas.
ResponderBorrary los tréboles parece que también.
ResponderBorrarAl menos hay hormigas bravas.
ResponderBorrarSaludos ;-)