lunes, enero 12, 2009

Esta semana le di otra vuelta más al sol. Me dijo Lupe que le habían dado con un palo en la cabeza. Me dijo Nacha que le gustaba mucho mi casa. Me dijo Carlos que yo era dominante. Me dijo Cristina que mis amigos eran majos. Me dijo Fede que me enfocara en una sola idea. Me preguntó Tom por qué escribía poesía.

Me dijo Lupe que le habían dado con un palo en la cabeza, que el amor era una enfermedad, y pensémoslo, tiene razón.

(Si no puedo dormir para que finjo
prefiero toda esta luz cegándome
desde el monitor
que las sombras circulares del techo)

Me paso el día persiguiendo tu cola,
tantos porqués pegados a la prisa.
Mi oficio es preguntar y yo lo que quiero
son motivos para la fe.

A ella le pegaron con un bate en la cabeza,
lo sabe porque no hay otra manera
para el traslado.

-Tomaban café, leían juntos
se contaban todo sobre la sed y el hambre
y sobre los sabores de la carne,

quiero saber la duda exacta de mis preguntas
el sabor preciso de mis libros
la palabra simple que dijo simplemente
la razón

ando haciendo las pases con la búsqueda
sabiendo que lo que anhelo son motivos
para la fe
ando a tientas mirándolo todo desde otro monitor-

Mi monitor está dañado. El clima mejora (es un eufemismo). Me dedico a poner preguntas en los acertijos. Poner miradas encima de los ojos. La mirada se vuelve un ir hacia delante y de nuevo.

La luz del atardecer frío
entra por la ventana
y me calienta las rodillas
mientras veo a tres caminando
por la acera.

No tuve que decir personas
y decir número evoca
sincronicidad, razón, aceras
en la calle, construcción.

Frente a mi casa hay una fachada de edificio
como si fuera escenografía.
Los que la rellenan me despiertan
con sus taladros y nunca me
silban al cruzar la calle.

Voy tarde para la reunión.
y no me pongo falda.

3 comentarios:

  1. definitivamente, le sienta a usted bien el azul. claro. me pregunto si tendré que cambiar yo al amarillo mostaza

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  2. aqui te silban, me silban a mi, le silban a todas

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  3. el amor es la enfermedad del otro

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